jueves, 10 de abril de 2008

CÉZANNE Y EL MONTE SAINTE-VICTOIRE

Nadie puede cuestionar que Paul Cézanne es el gran genio de la pintura moderna. Demostró que todo en la naturaleza se puede reducir a unas formas geométricas a partir de las cuales se puede representar cualquier motivo.

“Todo en la naturaleza se modela sobre la base de la esfera, el cono y el cilindro. Hay que aprender a pintar a partir de estas figuras simples; después podrá hacer uno todo lo que quiera.”

Joachim Gasquet
Cézanne “lo que vi y lo que me dijo.

Cézanne se dedicó en cuerpo y alma a la pintura, siendo sus últimos años los más productivos. En su obra más tardía podemos observar como la montaña Sainte-Victoire, un macizo calcáreo que se extiende en dirección noroeste y que con su altura de 1.011 metros domina la región, se convierte en el motivo central de su obra, realizando unos 44 óleos y 45 acuarelas en los que la montaña se muestra como un elemento misterioso y dominador que atrapa al observador y lo seduce.


Vista de la montaña Sainte-Victoire desde el camino de Le Tholonet


“Mire la Sainte-Victoire. ¡Qué fuerza, qué sed imperiosa de sol y qué melancolía, por la tarde, cuando todo ese peso vuelve a caer…! Sus piedras fueron fuego y todavía encierran fuego. De día, la sombra parece retroceder temblando, temerosa; allí arriba está la caverna de Platón: mire, cuando pasan nubes grandes, la sombra que proyectan se estremece sobre las rocas, como quemada, y parece como si la bebiera una boca de fuego. Durante mucho tiempo no pude, no supe pintar la Sainte-Victoire, porque imaginaba la sombra cóncava, igual que los demás, que no miran, pero observe, es convexa, huye del centro…”


Joachim Gasquet
Cézanne “lo que vi y lo que me dijo.

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