Calle de París dedicada al genial pintor
Vincent van Gogh se presenta de manera inesperada en París el 20 de febrero de 1886 y, una vez allí, escribe una nota dirigida a la galería de arte en la que trabaja su hermano Theo (Goupil & Cíe 19, Boulevard Montmartre), citándose con éste en la sala Carrée del Museo del Louvre (vease fotografía adjunta). Vincent le comunica a su hermano su decisión de quedarse a vivir en París con él, decisión que no es compartida inicialmente por Theo, pues por un lado está su trabajo en la galería, un trabajo que lo mantiene ocupado todo el día, y por otro lado piensa que Vincent debería permanecer en Holanda, al lado de su madre y sus hermanas. Vincent terminará por convencer a su hermano de las ventajas de vivir juntos y a Theo no le quedará más remedio que acogerlo en su casa, situada en el 25 de la Rue Laval (actual Victor Massé); posteriormente, en junio de ese mismo año, se trasladarán a vivir al tercer piso del 54 de la Rue Lepic (situado en el parisino barrio de Montmartre), disponiendo la vivienda de una habitación para Theo, una pequeña cocina y un gabinete donde Vincent dispondrá de un estudio de pintor en el que poder trabajar.
En el mes de abril entra en el Taller de Fernand Cormon, situado en el 104 del Boulevard Cliché, allí conocerá a otros pintores, de entre los que cabe destacar los siguientes: John Russell, Émile Bernard y Toulouse-Lautrec.
Durante el verano se dedica a pintar cuadros en los que abundan los motivos florales, de esta manera trata de conseguir un mayor dominio en el uso de los colores complementarios; al mismo tiempo, su paleta se aclara sensiblemente y poco a poco va desterrando los colores parduscos, tan característicos de sus obras holandesas.
Conocerá a Père Tanguy – padre Tanguy –, llamado así debido al buen trato que dispensa a los pintores que acuden a su tienda de colores y materiales de arte. Theo le presentará al pintor Paul Gauguin, con el que compartirá años más tarde “la Casita Amarilla” de Arles.
Conocerá a Père Tanguy – padre Tanguy –, llamado así debido al buen trato que dispensa a los pintores que acuden a su tienda de colores y materiales de arte. Theo le presentará al pintor Paul Gauguin, con el que compartirá años más tarde “la Casita Amarilla” de Arles.
Rue Lepic 54 (-París-), casa en la que vivieron
Vincent y Theo durante los años 1886 al 1888
En enero de 1887 inicia una relación sentimental con Agostina Segatori, una italiana que había sido modelo de pintores tan renombrados como: Degas, Corot y Jean Léon Gérôme. Segatori era dueña del Café Le Tambourin – llamado así por la forma de tambor de las mesas del local –, situado en el Boulevard de Clichy. El Tambourin no tenía muy buena reputación, pues la clientela que se daba cita allí solía estar formada por gentes de los bajos fondos que utilizaban el local como centro de reunión para preparar sus fechorías.
Entre los meses de abril y mayo se dedica sin descanso a pintar en el exterior, realizando un gran número de paisajes y retratos. Su pintura se hace cada vez más personal, su paleta se aclara progresivamente y los colores se hacen cada vez más intensos y puros.
Realiza una exposición colectiva con Èmile Bernard, Paul Gauguin y Toulouse-Lautrec en el Tambourin, pero la exposición no tuvo ningún éxito y además supuso el fin de la relación con Agostina Segatori, ya que se produjo un incidente en el cual un camarero del café – presumiblemente el chulo de la italiana –echó del local a Vincent, provocándole un corte en la mejilla. Tras el incidente, van Gogh recogerá todas sus obras y no volverá a poner los pies en el café, aunque es probable que sí volviera a ver a Agostina.
El Petit Boulevard – nombre por el que se conocía al grupo compuesto por Vincent van Gogh, Louis Anquetin, Émile Bernard y Toulouse-Lautrec – expone en el Grand Bouillon, Restaurant du Châtelet, 43. Al igual que había sucedido en el Tambourin, una pelea entre van Gogh y el propietario del restaurante hizo que el pintor recogiese sus obras sin haber concluido la exposición.
Vincent, al igual que le sucediera el año anterior, vuelve a presentar problemas de salud en los últimos meses de 1887, los cuales se verán agravados por el consumo de absenta. La convivencia con su hermano, que también tenía problemas de salud por esa época, se ve seriamente afectada, hasta el punto en que el propio Theo llegó a barajar la posibilidad de separarse de su hermano, pues el pintor acostumbraba a realiza correrías nocturnas en las que solía beber alguna copa de más y tras las cuales solía acabar discutiendo con Theo.
Van Gogh no soporta por más tiempo la vida que lleva en la gran urbe y decide abandonar París. El 20 de febrero de 1888, sin decirle nada a Theo, toma un tren que le llevará hasta la ciudad de Arles, situada en el sur de Francia. La idea de trasladarse al Midi Francés puede chocarnos un poco, pero no era nueva para Vincent, pues a finales del verano o principios del otoño de 1887 había escrito una carta a su hermana Wilhelmine (W1) en la que le manifestaba su interés por trasladarse a vivir al Sur, donde esperaba encontrar la luz y el color de las estampas japonesas que tanto admiraba, además allí pensaba establecer el denominado “Estudio del Sur”, una especie de comuna que serviría de refugio a otros pintores.
Vincent, al igual que le sucediera el año anterior, vuelve a presentar problemas de salud en los últimos meses de 1887, los cuales se verán agravados por el consumo de absenta. La convivencia con su hermano, que también tenía problemas de salud por esa época, se ve seriamente afectada, hasta el punto en que el propio Theo llegó a barajar la posibilidad de separarse de su hermano, pues el pintor acostumbraba a realiza correrías nocturnas en las que solía beber alguna copa de más y tras las cuales solía acabar discutiendo con Theo.
Van Gogh no soporta por más tiempo la vida que lleva en la gran urbe y decide abandonar París. El 20 de febrero de 1888, sin decirle nada a Theo, toma un tren que le llevará hasta la ciudad de Arles, situada en el sur de Francia. La idea de trasladarse al Midi Francés puede chocarnos un poco, pero no era nueva para Vincent, pues a finales del verano o principios del otoño de 1887 había escrito una carta a su hermana Wilhelmine (W1) en la que le manifestaba su interés por trasladarse a vivir al Sur, donde esperaba encontrar la luz y el color de las estampas japonesas que tanto admiraba, además allí pensaba establecer el denominado “Estudio del Sur”, una especie de comuna que serviría de refugio a otros pintores.
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